| Camino con los ojos abiertos. El túnel se ve completamente real; así al tacto, al oído la singularidad de sus ecos, así el aroma húmedo y pesado. Fija tus ojos en el centro: la profundidad del túnel es desesperante... mira bien y notarás cómo se aleja de ti la salida más rápido que lo que se mueven tus ojos al buscar. Y sin embargo, entre nosotros, debo confesarte que la imagen es bidimensional: no hay profundidad. Es decir: el largo del túnel está en tí, pues en cuanto a la imagen concierne, con un solo paso que atrevas estarás ya del otro lado. Y entretanto, camino con los ojos abiertos, y la salida queda más lejos cada vez. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario